Me gusta

sábado, 3 de octubre de 2020

Las Playas de Carúpano, Tío Pedro. Siglo XX

 

    Una ciudad como la nuestra, cuya vida se originó y se mantuvo por varios siglos ligada comercial y culturalmente al puerto tiene en sus ríos y playas su lugar de esparcimiento y relax.

    El muelle y sus alrededores eran lugares de movimientos, gritos, susurros y conspiraciones, citas de negocios y de amores, la vida de la ciudad en pocas palabras dependía de su actividad marítima.

    Fue nuestra ciudad un puerto protagónico en la Venezuela de los siglos XIX y XX, lugar de exportación de productos agrícolas, valga recordar: cacao, café, plátanos, caña, madera y tabaco y eventualmente ganado en pie o mineros como azufre. Las casas comerciales ubicadas en ella y en poblaciones cercanas: Cariaco, Rio Caribe y El Pilar que también requerían de insumos necesarios para la construcción de obras civiles públicas y privadas.

    A finales de 1800 y principios de 1900 Carúpano contaba con acueducto, tranvía, primero con tracción animal y luego eléctrica, telégrafo, teleférico desde las minas de azufre de El Pilar a 17 kilómetros de distancia, oficinas navieras y consulares, iglesia, teatro, plazas ornamentadas, escuela y cuartel militar. Además, su puerto estaba dotado con un faro que figuraba en todas las cartas marítimas del mundo naviero de esos años, se estableció de manera casi permanente la comunicación por medio de un cable sub marino hasta la ciudad de Le Havre en Francia., cuando la “Revolución Libertadora” con el General Nicolás Rolando a la cabeza  en su lucha contra Cipriano Castro, lucharon aquí, recuerden la herida de J.V. Gómez, cortaron la línea con la intención de sabotear las comunicaciones. La pesca, fabricación y reparación de embarcaciones, todo esto requería de insumos importados. Las piezas y repuestos para la construcción y mantenimiento de ingenios azucareros y trapiches también entraban por este bello lugar.

    Mucho tiempo después, contemplar esquiando en las tardes a finales de los años sesenta y principios de los setenta al Sr. Eugenio Loubet en la rada del muelle era todo un espectáculo, “el musiuo” o “mesie Lube” lo llamaba la gente. En este mismo fondeadero en todos los carnavales había un día de una regata la partida de los peñeros se iniciaba  de 10 a.m. a 12 m. comenzaban las apuestas, voy a “Cambamberito” yo voy a “La Machaca”. Embarcaciones de toda la costa de Paria se disputaban los premios, dinero y trofeos, con tan solo dos tripulantes, uno en la popa dirigiendo la embarcación y otro marino osado en la proa, daba el contrapeso necesario para evitar el vuelo de estos veloces botes, situación que sin embargo ocurría.

    La gente a pie sobre todo en épocas de calor buscaban lugares frescos donde refugiarse de las fuertes temperaturas que suelen pegar muy duro en ciertas temporadas del año y las playas eran lugares de alivio, por su cercanía y todavía hasta hace algunas décadas la orilla del mar frente al puerto o “la playa del muelle” era una alternativa para mucha gente, Guayacán siempre se prestó más al trabajo y a las faenas marineras y de pesca y poco a la diversión aunque en algunos meses se corren pequeñas olas en una distancia considerable. Pero buscando al este de la ciudad y al lado del rompeolas del muelle con su largo brazo protector se encontraba una pequeña playa llamada Guatipita, prácticamente desaparecida por los movimientos de tierra que se hicieron al ampliar la zona portuaria, comarca de pescadores de amores furtivos en noches oscuras, llena de solitarias y cómplices cuevas.

    Mirando la salida del sol, hacia barlovento, se ubica la playa de Tío Pedro luego le siguen: El Country, Boca de Rio, Lanvasquito y Lanvasque (Bahía de Hernán Vásquez) y La Piedra del Santo.

    Si bien es cierto que al pasar los años con el crecimiento de la ciudad y la construcción de un nuevo muelle, aeropuerto y carreteras todo cambio, el litoral, ese lugar tan especial dejo de ser un sitio de bañistas por cuestiones de contaminación. Surgieron entonces nuevos lugares que se pusieron de moda en temporadas y fines de semana, Playa Güiria con sitios como el Balneario Costa Azul y el Bar de Chano se llenaban de extremo a extremo. Playa Patilla, Puerto Martínez, Los Uveros se colmaron de casas para temporadistas de los estados Monagas y Bolívar.

    Mención aparte tiene Playa Garrapata, le han cambiado el nombre incontables veces sin embargo ese es el original, con la creación en ese lugar del complejo turístico y recreacional de SIDOR, se mantuvo por un tiempo un sitial de honor entre las más concurridas. Una que nunca ha dejado de estar de moda se llama, Copey, con su hermoso y efímero hotel “Playa Copey”, lugar preferido de los surfistas carupaneros, en esto compite con Tío Pedro. Puerto Santo y El Morro, aunque más distantes también fueron lugar de recreación para los carupaneros aunque Playa los Cocos tiene en nosotros un oscuro lunar por un hecho trágico que no viene al caso contar.

    “La playa” como decimos en el barrio sigue siendo lugar de visita de familias enteras debido a su cercanía y calma, entre mediados de noviembre y finales de enero el cuento es otro. Tío Pedro sigue siendo un lugar fácil de visitar, donde la gente se  baña y aprovechan para “sacar guamos, chipichipis y guacucos” y si pueden pescan algo.

    Fue Tío Pedro el lugar en donde aparecieron los primeros y más intrépidos “corredores de olas”, echados sobre tablas con improvisados manubrios de palos de escoba desafiaban las “burras” (olas) hasta de dos metros de altura haciendo maniobras que los deportistas Hawaianos envidiarían. Muchos nadadores veteranos “corrían” en estas marejadas de “pecho” esto es sin la ayuda de nada, solo con sus cuerpos, pero esa es otra historia.

    Lugar de hallazgos extraños, náufragos, ahogados y aventuras de contrabandistas, desembarcos de piratas, filibusteros, corsarios o intentos de invasión de ciudadanos ingleses, alemanes o franceses. Esta playa era nombrada de manera coloquial en las conversaciones y cartas escritas por nuestros libertadores: Gual, Bolívar, Sucre y Bermúdez son buenos ejemplos de esto.

     Algunos de estos temas los he tratado en otros títulos publicados aquí mismo: “Muelle de Carúpano.1816” (28-9-2020), “Vista Panorámica de Carúpano, 1888”, (17-8-2020) y “Los ingleses intentaron tomar Carúpano cuatro veces en 1801” (12-8-2020).

    Los testimonios gráficos del siglo pasado son muy escasos o ya conocidos. Este que pude conseguir a pesar de no estar claro y que fue tomado desde el faro hacia la playa, nos permite observar en el ángulo inferior izquierdo una parte del techo de la caseta desde donde destellaba la luz que sirvió de guía para llegar al puerto y de huida para muchos navegantes que querían evadirlo. Un camino serpentea en dirección a una ribera marina de Tío Pedro abundante en vegetación serófila, del lado derecho se notan algunas viviendas, las montañas por donde hoy pasa la carretera para la costa de Paria no se ve, es una verdadera lastima no tener una fotografía más nítida.

    Gracias por leerme espero sus comentarios.


 

2 comentarios:

Los órganos armónicos extraviados, Iglesia Santa Rosa de Lima Carúpano (Años: 1865, 1879 y 1903)

    Los órganos armónicos extraviados, Iglesia Santa Rosa de Lima Carúpano (Años: 1865, 1879 y 1903)   Las religiones, incluyendo por supu...