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lunes, 30 de noviembre de 2020

BARCOS PIRATAS NAVEGAN POR NUESTRA COSTA (1700-1800)

     Las hermosas costas caribeñas que nos bañan, tienen en la isla de La Española, dos países Republica Dominicana y Haití, al frente de esta desconsolada ínsula, como solía llamar el Quijote a las islas, se encuentra la Isla de la Tortuga, entre los años 1.700 y 1800 los piratas tuvieron una base internacional en ese apartado paraje tropical.

     Allí funciono una “asociación” que se conoció con el nombre de “Cofradía de los Hermanos de la Costa”, (Exquemeling, 1684)  la cual marcho de manera muy cercana a las ideas de los amantes de la libertad.

     Vivian en paz, franceses, ingleses, españoles, portugueses y hombres de otras nacionalidades algo que para la época no era común, también se toleraban los católicos con los protestantes. No tenían leyes, al menos escritas, pero si algunas costumbres, digamos algunos principios básicos, por ejemplo; no existían prejuicios de religión o de patria, estaba prohibida la propiedad de la tierra, nadie se metía en las situaciones individuales de otro, no habían jueces ni tribunales, nadie se embarcaba a navegar si no quería y podían dejar la cofradía cuando quisiera. En relación a las mujeres solo permitían esclavas y negras no se aceptaban mujeres blancas libres. Todos los “hermanos” eran iguales.

     Uno de los pocos “privilegios” lo tenían los  primeros que avistaran un barco o el primero que lo abordara,  podía escoger una pieza del botín y lo que generalmente tomaban eran las pistolas del capitán, se dice que el pirata Barba Negra usaba ocho de ellas.

     Las aventuras de la “Cofradía de los Hermanos de la Costa” y su original manera de organizarse fueron descritas por el holandés Alexandre Exquemeling, en su obra titulada “Bucaneros de América” en el año 1.684.

    Muchas veces pasaron las naves piratas por nuestras costas saqueando pueblos y ciudades, oír los nombres de corsarios famosos como Francis Drake, John Hawkins y Walter Raleigh haciendo de las suyas era común, Amyas Preston y uno de sus amigos dirigieron el ataque a Caracas en el año 1595 después de viajar desde las Isla Canarias a Santo Domingo, Margarita, Cubagua, Coche y Cumana, luego de quemar nuestra capital se fueron a Coro y navegaron a Haití donde la fiebre disentería casi los acaba a todos.

     Para el año 1.630 son nuevamente expulsados de la Tortuga haciendo que se desperdigaran por otras islas del Caribe  como: Montserrat, Guadalupe, Martinica, Antigua, San Bartolomé, Aruba y Barbados.

     Desapareciendo de esta manera lo que algunos autores consideran fue la única experiencia conocida de una sociedad libre en las Antillas.

 

    

     Con las palabras que usted ha leído en las tres reseñas anteriores y en esta última he intentado dar testimonio de cómo ha sido el desarrollo, un tanto disperso de los libertarios y el influjo de sus ideas en nuestro país, si bien es cierto, no fuimos influidos tan fuertemente como otras naciones latinoamericanas, sin embargo no escapamos del todo a ello. Aun así espero haber despertado en ustedes la suficiente curiosidad por el tema y de este modo difundirlo. El nombre completo del artículo es: “El anarquismo en Venezuela y el Caribe: inmigrantes, aventureros y piratas”.

     ¿Cuántos libertarios pasaron navegando frente a nuestras costas, se perdieron en nuestros caminos y soñaron bajo nuestro cielo?

     El poeta español Antonio Machado  quien nació en Sevilla en 1.875 y murió exiliado en Francia en el pueblo de Collioure en  1.939, escribió estos versos que luego popularizo el juglar Joan Manuel Serrat, “Caminante, no hay camino”,

 

Caminante son tus huellas
El camino nada más;
caminante no hay camino
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino
sino estelas sobre el mar

 

   Concluyo con la siguiente reflexión, el gran éxito que ha tenido el Estado es haber convencido a las personas  que la palabra libertad asuste y la palabra Estado  no. Saludos.                       

 

 

 


 

 

                                                            

 

REFERENCIAS  BIBLIOGRAFICAS

    

Machado,  A.  (2003).  Proverbios y cantares. Madrid: Editorial El País.

Exquemelin, Alexandre O. (1999). “Bucaneros de América” Editorial: Valdemar

 

 

 

 

   



     Panclasta, B. (1932). Siete años enterrado vivo en las mazmorras de Gomezuela.  Bogotá: Tipografía La libertad

     Rangel, D. (2014). ¿Por qué los historiadores han matado a Coto Paul?  Quinto Día. Semanario de los nuevos tiempos. [Semanario en línea], Disponible: http://www.quintodia.net/opinion/804/por-que-los-historiadores-han-matado-a-coto-paul. [Consulta: 2014, enero 22]

Rewald, J. (1994). Historia del impresionismo. Barcelona: Editorial Seix Barral.

Rubio,  J.  (1977).  La emigración de la guerra civil de 1936-1939. Madrid: Editoria

lunes, 9 de noviembre de 2020

EL TELEFERICO DESDE EL PILAR HASTA CARUPANO (1900-1904)

 

 

Dos intentos de explotación minera se dieron en Paria para finales de 1800 y principios de 1900 entre tiempos de guerra y momentos de paz, el asfalto de Guanoco y el azufre de El Pilar.

    En 1869 la compañía estadounidense Carúpano-Philadelphia Sulphur Mining Company descubrió los depósitos de azufre en Chaguaramas de El Pilar y el ciudadano alemán Alfred Schaffenorth adquirió la autorización e inició su explotación a través de la Compañía Minera Alemana de Azúfrales de Venezuela. La empresa solo existió de 1900 a 1904, permitiendo la llegada a la zona de numerosos técnicos y especialistas extranjeros.

    El señor Alfred también intento tramitar un permiso para la construcción de una vía férrea que uniría el puerto de Carúpano con Tunapui ya que no era posible seguir trayendo el cacao y el café en burros y mulas, esto nunca se pudo construir.

     Había indicios de la existencia de minerales como cobre y plomo en Chuparipal y plata en Carúpano lo que hacía de esta una tierra con grandes potencialidades agrícolas y también mineras. El plan original de “míster” Alfred y su compañía era sacar el mineral trasportándolo hasta la desembocadura del caño de Ajíes en el Golfo de Paria por un teleférico a un puerto donde se pasaría a unas chalanas y remolcadoras  y luego embarcarlo en vapores que lo conducirían a Europa y los Estados Unidos. Todavía en los inicios de 1900 el cable aéreo no estaba construido y el azufre era transportado en bestias desde la zona conocida como Chaguaramal en El Pilar para llegar a nuestro puerto.   

    La importancia de estos yacimientos de azufre es su  derivado; el ácido sulfúrico constituye la principal materia prima para la obtención de productos químicos y farmacéuticos  empleados principalmente en la fabricación  de pólvora, abonos artificiales, pigmentos, jabones y en medicina especialmente en algunas enfermedades de la piel.

    La lucha por el poder juega en esto un papel notable cuando los generales Ángel Morrinson y J. Russian partidarios del gobierno  involucran a la compañía diciendo que eran seguidores del general Nicolás Rolando adversario de Cipriano Castro y quien había sido gobernador del Estado por aquellos años, la revolución Libertadora en su lucha contra el régimen influyo de forma negativa en el desarrollo de Paria aunque sus partidarios señalan que de haber triunfado se habría avanzado de manera inmejorable en lo relativo a la economía de la región, dejemos la política a un lado y sigamos.

    La construcción de los trabajos del cable aéreo, el muelle, las oficinas y los depósitos casi no se detuvieron a pesar de los conflictos de la guerra civil en enero y febrero de 1901. Los materiales, implementos y herramientas traídos desde Ámsterdam quedaron varados esperando varios días en los puertos de Curazao y Trinidad antes de desembarcar en Carúpano. Así lo confirman varias cartas cruzadas y en el manifiesto de carga fechado el 23 de febrero del citado año, entre el Gerente General de la Compañía y el Ministro de Obras Públicas para los trámites de exoneración de impuestos  arancelarios a dichas mercancías.

    Con la firma del contrato para la explotación del azufre en 1895 Shaeffer obtuvo el derecho de transportarlo de dichas minas por un funicular cuya edificación se justificó por ser más barata que un tren, como lo reseña Figueroa S. Pilar:

 “…por cable aéreo ofrece grandes ventajas para la conducción de minerales piedras arenas madera por ser más económico que el de los ferrocarriles a causa de no requerir de los considerables gastos de construcción y mantenimiento de una línea férrea. El cable sigue la formación del terreno por donde pasa, por más quebrado que este sea salva cerros ríos y quebradas sin necesidad de cortadas puentes viaductos túneles; atraviesa precipicios de en trabas hasta de mil metros de ancho”. (Figueroa, 1992, pág. 70)  

     En el muelle, llamado de los alemanes,  estaban los depósitos del mineral y el de los carros. La valiosa obra de ingeniería del funicular contaba con 131 postes de hierro de 5 a 35 metros de altura, montados sobre unas bases de concreto que en ciertos lugares tenían hasta 30  metros cúbicos de cemento algunos pilotes quedaban ubicados a 600 y 800 metros de distancia.

    Los planes originales de sacar el mineral por los caños se cambió por ser esta una zona pantanosa que necesitaría dragado permanente para poder  pasarlo por las barcazas y chalanas a los vapores,  por lo que la Cámara de Comercio de Carúpano y Caracas se movieron ante el ministerio de obras públicas argumentando que por esos lados se fomentaría el contrabando y que Carúpano contaba con  un puerto de calado hondo y varias líneas marítimas hacían escala aquí con lo cual ya se tenía experiencia en el manejo aduanal, en algún momento  también pensaron que se podía construir el muelle por Guayacán pero la idea se descartó.

    Lo primero que se construyo fue el muelle que permitiría el desembarque de los materiales requeridos para el teleférico y luego se le daría el uso de la exportación del mineral siendo responsabilidad del ingeniero inglés Enrique Harwood (el mismo que diseño el acueducto desde Macarapana) y el funicular fue compromiso del Ingeniero alemán G. Zaun. La obra se construyó en un año y cinco meses terminándola  el 12 de octubre de 1901. El momento de mayor esplendor que fue cuando se construia, todo logro generar hasta 400 puestos de trabajo con salarios que duplicaban lo que pagaban en las haciendas.

    Siempre quedan dudas: ¿donde estaban ubicadas las oficinas? Algunos dicen que del lado derecho de la aduana, ¿cuantos vagones tenía?, ¿dónde estaba ubicada la estación motora?, ¿cuántos metros cùbicos se extrajeron?, ¿el personal extranjero se retiro por completo?, ¿ninguno se caso con una bella carupanera?

    Otro sueño de nuestra ciudad que siempre dará que hablar.

   No termino estas lineas sin dar el debido credito a Pilar Josefina Figueroa Salazar  autora del texto El Pilar: Historia de la explotación del azufre 1869-1904” del cual he parafraseado algunas ideas, para quienes quieran ampliar sus conocimientos sobre el tema les recomiendo ampliamente su lectura.

 El Pilar: historia de la explotación del azufre (1869-1904). Pilar Josefina Figueroa Salazar. Funda Benítez.1992, 102 páginas.

 

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