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viernes, 21 de mayo de 2021

Barco pesquero cubano “Alecrín” capturado y escoltado al puerto de Carúpano, año 1968. ¿Pescadores o guerrilleros?

 


Breve reseña.

Recordemos algunos eventos; primero ocurrió lo del Carupanazo el 4 de mayo de 1962, un intento insurreccional de tendencia izquierdista sofocado por el gobierno. Habiendo transcurrido unos cinco años sucede la  invasión de Machurucuto, el día 12 de mayo de 1967, en la que fueron capturados y ejecutados algunos guerrilleros cubanos los cuales llegaron a bordo del buque “Sierra Maestra”, después nuevamente, en el mes de noviembre de 1968, Carúpano fue noticia en el ámbito internacional, en pleno apogeo de la revolución cubana y su internacionalización, ocurrió lo del motopesquero Alecrín.

     A continuación les describo la polémica que surgió por la captura del  nombrado buque.

     Exactamente el día 20 de noviembre del año 1968, al mando del Teniente de Navío Bernardo Jurado Toro, es capturado el barco pesquero cubano Alecrín y es escoltado hasta nuestro puerto. En relación al tema me permito presentarles dos versiones; la cubana y la venezolana.

     Cuba denuncia la captura del motopesquero Alecrín. 20 de noviembre de 1968:Cuba denuncia la captura del barco atunero Alecrín (construido en 1966, por cierto, se incendió amarrado a un muelle en Cuba en el año 1979) con 37 pescadores y un instructor japonés por unidades de guerra venezolanas, El buque de guerra ARV Calamar P02 y Almirante Brión a 100 millas de ese país, donde fue atacado con cañones de 20 y 40 milímetros y ráfagas de ametralladora de grueso calibre y luego remolcado al puerto de Carúpano. Después de reclamaciones diplomáticas fue devuelto el 20 de diciembre de ese año”.

     Por otra parte, también desde la Habana: Diario Primera Plana, 26 de noviembre de 1968, afirmaba: “La voz entrecortada del capitán Humberto Vargas García vibró en la prefectura de La Habana: "Nos obligan a tomar rumbo a Venezuela". Las naves de guerra Calamar y Almirante Brión habían perseguido durante cinco horas al pesquero Alecrín; la misma tarde, los 38 tripulantes, entre ellos un experto japonés, desembarcaron en la base naval de Carúpano, pero en calidad de prisioneros.
Para Fidel Castro es "una agresión cobarde": el Alecrín pescaba atún, con otros tres barcos, a 160 kilómetros de la costa”.

     Narra uno de los tripulantes cubanos; “El buque de guerra Calamar dispara el primer cañonazo que da en el molinete del ancla; el segundo entra por la escotilla del cuarto de refrigeración dejando los compresores de amoniaco al aire libre; fueron más de 12 tiros que por suerte fallaron en su mayoría…y  poco después una nueva embarcación llegó a la zona, se trataba de un destructor americano, el Almirante Brión”. “Nosotros no paramos máquinas. Cerca de las cinco de la madrugada llegó la comunicación desde La Habana, Fidel pedía que nos detuviéramos, así lo hicimos y esperamos que amaneciera completamente, sin tirar ancla nos quedamos al pairo, El Calamar lanza sus lanchas al agua y comienzan a descender marineros, todos armados, luego abrimos el portalón y colocamos la escala para que subieran a bordo”. Continúa diciendo el marinero, “… el Alecrín es arrastrado por El Calamar hacia el Puerto Carúpano, en Venezuela; ya en tierra firme fuimos sometidos a interrogatorios y trabajos persuasivos para que desertáramos y así dañarla integridad de nuestro país”.

     La descripción que hace el protagonista que narra su versión de los hechos es mucha más extensa, he tomado lo que consideré resaltante Sigue hablando el marinero Miguel: “Al principio nos negábamos a comer porque queríamos ver a nuestros oficiales, que permanecían detenidos, pero en otra parte del Estado Mayor de la Marina en Sucre. Luego nos sacaban, uno a uno, para hacernos preguntas, nos mostraban grandes sumas de dinero, las llaves de un apartamento y un carro, para que desertáramos. Dos lo hicieron, pero el resto permaneció firme por espacio de un mes que duró aquella pesadilla. Ya habían desaparecido las suculentas comidas del primer día, en cambio solo pan y agua de café recibíamos y nos mantenían en una reducida habitación, con un baño para más de 30 personas”.

     Para los tripulantes todo término el 26 de diciembre de 1968, pasadas las tres de la tarde de ese día, el comandante Lucio, del Estado Mayor venezolano, informa a los tripulantes del Alecrín que recojan sus pertenencias que se irían.

     Ahora algo de la versión venezolana:

     Lo que fue calificado como un secuestro de un indefenso bote pesquero en la prensa cubana de entonces, resultó una acción de defensa de la Armada Venezolana ante un intento de desembarco de guerrillas procedentes de Cuba.
El Teniente de Navío Bernardo Jurado Toro, fue el responsable de llevar a cabo la misión de interceptar tres embarcaciones de bandera cubana que navegaban en aguas territoriales venezolanas en noviembre de 1968, tripulados por supuestos pescadores que no se comportaban como tales
. Según el Gobierno venezolano, fue sorprendido a 95 kilómetros, es decir en aguas territoriales.

¿Cuál es tu opinión? Pescadores o guerrilleros

Gracias por seguirme.

Puede ampliar más aquí:

https://estebancl1949.blogspot.com/2019/04/barcos-que-pertenecieron-la-flota_4.html

https://www.youtube.com/watch?v=xwqB7WsfXyA

jueves, 29 de abril de 2021

Cortejo fúnebre de Pedro Elías Aristeguieta. Carúpano: 27 de agosto de 1929

 


Releyendo  “Fragmentos de mi diario” del escritor ruso Máximo Gorki (1868-1936) quien escribía un breve relato relacionado con el entierro de su paisano Antón Chejov (1860-1904), recordé  que una vez había leído algo acerca de la gran cantidad de personas que presenciaron por las calles de Carúpano el funeral de Pedro Elías Aristeguieta Rojas. 

     Pedro Elías es otro hombre olvidado o descuidado por la historia, murió en nuestra ciudad portuaria el día 27 agosto de 1929 a las 7 y 30 de la mañana, el héroe cumanés, bravo combatiente, fue llevado por carupaneros hasta su entierro en nuestro cementerio. Luego fue trasladado a su tierra natal donde reposan sus restos inmortales.

     Nacido nuestro olvidado protagonista  en la cumanesa parroquia Santa Inés de la capital del Estado el día 26 de marzo de 1885, cuarenta y cuatro años fue la duración de su vida. Hijo de la señora Ana Rojas Guerra y de Don Fernando Aristeguieta Sucre algunos de sus biógrafos señalan que estaba emparentado con el Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre.

     Fue uno de los protagonistas de la invasión del Falke contra la dictadura de Juan Vicente Gómez.

      He aquí una lista, indudablemente incompleta de los expedicionarios y tripulantes del navío hombres valientes y decididos entre estos, Pedro Elías y Francisco Aristeguieta que por sus actividades comerciales de la pesca tenían fuertes lazos con los marinos guaiqueríes en Mariguitar, empresario de la actividad pesquera que decidió no estudiar como si lo hicieron los de su generación. Un numeroso grupo de guaiqueríes lo acompañaron hasta la muerte.

    Destacaban los generales Román Delgado Chalbaud, Doroteo Flores y Francisco Linares Alcántara, primer venezolano egresado en la Academia militar norteamericana de West Point y oficiales de Marina como el comodoro Guillermo Egea, además de Angarita Arvelo, Raúl Castro Gómez, Francisco Linares Alcántara, Rafael M. Carabaño,  Luis López Méndez, Rafael Vegas, Pérez Frontado,  Carlos Mendoza,  Carlos Julio Rojas, Zuluaga Blanco, Alfredo Russian, Rafael M. Calcaño, Urdaneta Subero, Armando Zuluaga, Atilano Carnavalli, Jorge Parisot y Julián Grafiteux, Samuel Mac Gill, Martin Esser, Fran Zukkal (artillero), Matis Elsner, Ernesto Ziplitt (comandante del Falke)  estos cuatro últimos ciudadanos alemanes que formaban parte de la tripulación del barco y el escritor, José Rafael Pocaterra segundo al mando de la expedición, este último, fue quien ordeno zarpar para escapar y evitar ser atrapados con parte importante del parque militar. Presionado por los tripulantes so pena de caer presos con las armas en el navío ordeno tirarlas por la borda, decisión que hasta el sol de hoy causa polémica. Todos los hombres nombrados y los que faltan esperan por su merecido reconocimiento.

     Los cuales desembarcaron en la mañana del 11 de agosto de 1929. Las fuerzas expedicionarias atacantes tomaron rumbo al puente Guzmán Blanco por lo que hoy se conoce como Av. Bermúdez y para la época la Calle Larga. A unos trescientos metros los esperaba el gobierno al mando del presidente del estado Emilio Fernández, quien también murió en la refriega y era uno de los sesenta hombres que acompañaron a Cipriano Castro y a Juan Vicente Gómez cuando bajaron de los Andes y tomaron el poder. Aquellos andinos, Castro y Gómez gobernaron nueve años el primero y veintisiete el segundo, total treinta y seis años de mandato “gocho”.

    Después de tres días de fuertes combates que incluyo por vez primera una incursión aérea contra algunos alzados en Venezuela, entraron a la ciudad junto a su hermano Francisco de Paula, la tomaron pero luego tuvieron que abandonarla por falta de armas y municiones. Las fuerzas invasoras se vieron en la necesidad de dejar Cumaná y enrumbados por la vía de la serranía de la península de Paria caminando por las montañas buscando Carúpano o Güiria según se presentaran las circunstancias atravesando la cordillera, ríos y quebradas de los municipios Mejía, Ribero, Benítez y Bermúdez.

    Los revolucionarios se habían retirado por el camino de Cariaco buscando el cerro Santa Ana ubicado cerca de El Pilar (Municipio Benítez), en un tiroteo, Pedro Elías Aristiguieta,  que iba en una mula, le dieron un tiro que le destrozó la vejiga, posteriormente la herida se infectó todo se complicó y murió cuando era trasladado a nuestra ciudad. A pesar de los esfuerzos de los revolucionarios, estos no contaron con el apoyo que esperaban y terminaron rindiéndose después de un mes de combates por toda la región.

     El cuerpo de nuestro olvidado héroe fue enterrado aquí y su desfile fúnebre fue el más grande que se le haya rendido a ciudadano alguno en Carúpano a pesar del temor a las represalias que podía tomar el gobierno contra sus asistentes que contaban con la presencia de la policía represiva de Juan Vicente conocida como “la sagrada”.

     En Cumana se corrieron las siguientes anécdotas: “… fue cuando Pedro Elías ante aquella multitud de gente que llegaba de todos lados buscando armas, pidiéndolas desesperadamente, dijo. ¿Mijitos, con que armas? “.

     A las 6 de la tarde cogieron el camino de la carretera del Golfo: “…  un hombre chiquito, con sombrero margariteño, con un fusil en la mano, era Pedro Elías Aristeguieta”.     

     Saludos gracias por seguirme. 

 


 

     Referencias

ARISTIGUIETA, Pedro E. (1987): La Nueva Venezuela Revolucionaria. Memorias. Edicrea. Cumaná, Venezuela.

 ARISTIGUIETA, Francisco de P. (1988): El Diario de la Montaña. La Revolución del Falke. S/e. Cumaná, Venezuela. Referencias

 

 


     


 

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