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miércoles, 28 de septiembre de 2022

Los órganos armónicos extraviados, Iglesia Santa Rosa de Lima Carúpano (Años: 1865, 1879 y 1903)

 




 Los órganos armónicos extraviados, Iglesia Santa Rosa de Lima Carúpano (Años: 1865, 1879 y 1903)  

Las religiones, incluyendo por supuesto la nuestra, la católica, van siempre de la mano de lo que se conoce como la música sacra o según el momento nombrada también como litúrgica que  es aquella que suele interpretarse en contextos religiosos.

En Carúpano, nuestra ciudad portuaria, existen dos grandes iglesias,  Santa Catalina de Siena terminada más o menos por el año 1920. Y Santa Rosa de Lima; la primera desapareció quemada, en verdad esta era una pequeña capilla que tuvo una duración de más de setenta años ocurriendo el incendio el día 24 de octubre de 1722, luego se alzó otra capilla en Carúpano arriba en abril de 1743 frente al cementerio viejo, abatida en su totalidad por el terremoto ocurrido el 14 de diciembre de 1797.

En 1803 se comenzó la construcción de otra iglesia pero ahora en el lugar donde está la actual y que también nuevamente otro terremoto en 1957 la dejo en estado de precariedad y hubo que terminar de demolerla.

La terquedad y el amor de los carupaneros por su patrona, la primera Santa de América es tan grande que  nuevamente  se construyó en 1969 la que hoy conocemos.

Estas líneas estarán referidas a la iglesia de Santa Rosa y los órganos musicales así es como lo llamamos los neófitos pero cuyo verdadero nombre es armonio o también se  conocen como órganos armónicos.

Siempre me llamaron la atención  estos enormes instrumentos. En la actualidad solo existe un armonio en la iglesia de Santa Catalina pero no funciona y se está perdiendo, los sucesivos órganos armónicos de la iglesia Santa Rosa desaparecieron quizás por su accidentada vida,  incendios y terremotos los acabaron, en la actualidad Santa Rosa no posee ninguno de aquellos soberbios instrumentos con los cuales se acompañaban las liturgias, una verdadera lástima.

Pero volvamos a la música y lo que encontré, veamos:

La revista El Cojo Ilustrado en su ejemplar de fecha 15 de noviembre de 1903 señalaba: “  …donde había un órgano traído de Alemania Federal casa Walcker y Cia . , de Ludwigsburgy igual procedencia atribuyó a los órganos de las iglesias de Santa Rosa, en Carúpano y de Porlamar” . Por la fecha ese instrumento debió estar en la tercera iglesia, la que fue destruida por un movimiento telúrico en el año 1957.

En 1781 fue fundada la casa Walcker y Cía. Esta fecha es importante para relacionarla con otros datos encontrados.  Esta empresa fabricante de este tipo de instrumentos musicales ha construido más de 5000 de estos equipos incluyendo uno para la Basílica de San Pedro en Roma.  

Después encontré este decreto, con fecha del 5 de junio de 1865:

 “DECRETO 12 de Junio

Libertando de derechos la introducción de órgano para la iglesia del Tocuyo

El congreso de los Estados Unidos de Venezuela, decreta:

Artículo único, se exonera de los derechos de importación la introducción de un órgano armónico que los vecinos del departamento del Tocuyo en el Estado Barquisimeto, han encargado a Europa, para el servicio del templo que hace parte del edificio del colegio de dicho departamento.

Único: así mismo se exonera de los derechos de importación, un órgano para la iglesia parroquial de Carúpano, en el estado de Nueva Andalucía.

Dado en el salón de sesiones del Congreso en Caracas a 5 de junio de 1865

Presidente de la Cámara del Senado, Antonio L. Guzmán

Presidente de la Cámara de Diputados, Víctor J. Diez     

Caracas junio 12 de 1865

Ejecútese A. Guzmán Blanco”

 

Y el tercer documento lo constituye un regalo de los vecinos de Río Caribe que pueden leer a continuación y con fecha del 23 de octubre del año 1879:

 

Numero 72

Estados Unidos de Venezuela

Ministerio de Haciendas. Dirección de Aduanas

Caracas octubre 23 de 1879

Resuelto.

Ha dispuesto el ciudadano Ministro, Encargado de la Presidencia de la Republica, que despache, libre de derechos, por la Aduana marítima de Carúpano, un órgano que la Sociedad “Progresista de Río Caribe” ha regalado a la iglesia de dicho puerto.

Por el Ejecutivo Nacional.

I.Riera Aguinagalde

 

 

Todo lo anterior me genero algunas preguntas, por ejemplo: ¿A dónde fueron a parar? ¿De dónde fueron importados? ¿Quién gobernaba para ese entonces? ¿En qué año llegaron?, ¿Quién solicito que se les trajeran hasta aquí?, ¿Quiénes lo ejecutaban, afinaban y mantenían? Entre ese mar de dudas empecé y finalice entusiasmado el respectivo rastreo documental.

He terminado esta breve reseña con más dudas que certezas, gracias por leerme.

Nota: la foto que acompaña esta reseña es referencial y pertenece a la página digital de “La casa Walcker” (https://walcker.com/texte/espanol/la-casa-walcker.html)

 

Moisés Arrocha González

 

 

 

 

 

 

 

 

Bibliografía

El Cojo Ilustrado, 15-11-1903.  Caracas: J.M. Herrera Irigoyen y CA

Tomado de: Recopilación de Leyes y Decretos de Venezuela Formada de orden del Ilustre Americano  General Guzmán Blanco. Tomo IV Edición Oficial. Caracas. Imprenta de “La Concordia” de Evaristo Fombona.1874    (P. 376).

Tomado de: Cuenta que presenta al Congreso Nacional de los Estados Unidos de Venezuela. El Ministro de Hacienda de 1880 (P. 106). https://walcker.com/texte/espanol/la-casa-walcker.html)

lunes, 1 de agosto de 2022

Las plazas Colon, Bolívar y la iglesia Santa Catalina ¿cuál de estas obras arquitectónicas y de ornato público se construyo primero en Carúpano?

Es buena esta aclaratoria relacionada con la fundacion de las plazas Colon y Bolívar además de la iglesia Santa Catalina, leemos y escuchamos como la mayoría de los carupaneros desconocen las fechas de sus construcciones, veamos: La plaza Colón: El 12 de octubre de 1892, (tiene 130 años) con motivo del Cuatricentenario de la llegada de Cristóbal Colón a América fue inaugurada la Plaza Colón de Carúpano. Dicha plaza fue construida con recursos asignados por la Comisión Europea para la conmemoración de tan importante fecha, además de aportes de los carupaneros y de los extranjeros que en ese momento habitaban esta ciudad marinera. Dicho aporte fue pedido, y por lo tanto recibido por la Sociedad Colombina de Carúpano quien, solicitó formalmente a la municipalidad de la ciudad, un terreno para la construcción de la plaza, siéndole cedido el lugar donde estaba la plazoleta Santa Catalina (hoy plaza Colon), que era utilizada como mercado público, y que irónicamente fue mudado a donde hoy existe la Plaza Bolívar. La centenaria pieza patrimonial fue removida de la plaza central de Carúpano en la madrugada del 10 de octubre de este año por órdenes del gobernador del estado Sucre, Edwin Rojas (PSUV). La antropóloga Dinorah Cruz, presidenta del Instituto de Patrimonio Cultural (adscrito al ministerio del poder popular para la cultura). Les envió copias del documento al gobernador y al cronista de Carúpano, Ricardo Mata, ordenando la restitución de la estatua en su lugar. Destaca la correspondencia que la plaza y estatua de Colón fueron declaradas bien de interés cultural de la nación de conformidad con la Resolución Nº 003-05 de fecha 20 de febrero de 2005, publicada en la Gaceta Oficial Nº38 234 de fecha 22/7/2005, y catalogado según el código SU05, estado Sucre, municipio Bermúdez, página 49, siendo custodio y responsable de dicho bien mueble la alcaldía del municipio Bermúdez. Por último, la institución comunica que, de conformidad con el Artículo 32 tercer aparte de la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural, se debe restituir de manera urgente la estatua de Colón a su plaza. Iglesia Santa Catalina de Siena: es un templo parroquial, amplio y hermoso, a imitación del estilo basilical romano, fue construido en la década de 1930 (unos 95 años aproximadamente). Su primer párroco se llamo Antonio Arenas. La plaza Bolívar: Sin la menor duda, el culto bolivariano lo inicia Antonio Guzmán Blanco. Que se produce a partir de su primer gobierno en 1870: 1- Cuando establece el bolívar como moneda nacional, eliminando el peso de plata. 2- Crea el Panteón Nacional, antigua iglesia de La Trinidad y se prepara para la celebración del centenario del nacimiento de Simón Bolívar, en 1883. 3- Además, Guzmán Blanco ordena una réplica de la estatua de Bolívar en Lima y es la que se establece en la Plaza Mayor de Caracas, que pasa a llamarse Plaza Bolívar. 4- Se exhorta a que las plazas mayores de todos los pueblos y ciudades de Venezuela pasen a llamarse Plaza Bolívar 4- Convierte el “Gloria al Bravo Pueblo” en el himno nacional, Venezuela hasta entonces no tenía himno. La plaza bolívar de nuestra ciudad marinera se inaugurará el 24 de julio de 1947 (Acaba de cumplir 75 años), con motivo de la Celebración del Tricentenario de Carúpano, mal llamada fundación, al interpretarse como fundación de la ciudad, el Decreto del Obispo de Puerto Rico, Damián López de Haro, de que Carúpano fuese elevado a Parroquia Eclesiástica, de fecha 23-12-1647. La plaza esta ubicada entre las calles: Larga y Juncal, Bolívar y Junín Pero Carúpano no fue fundada por nadie, sino que fue un poblado de crecimiento espontáneo, avizorada por primera vez por los españoles (frailes aragoneses) en 1645.Para entonces, se tenía como fecha de fundación de Carúpano ese 23 de diciembre de 1647, y por tal motivo, siendo que en 1947 se cumplían trescientos años de esa fecha. Entonces el Gobierno Nacional diseñó un Plan de Obras Públicas como regalo para la cumpleañera ciudad, y entre ellas estuvo la Plaza Bolívar, erigida en la que fuera la mudada Plazoleta Santa Catalina. Entonces el orden de la construcción son los siguientes: Plaza Colon año1892, Iglesia Santa Catalina década de 1930 y la Plaza Bolívar en el año 1947. Con esto espero aclarar el orden cronológico de tan importantes obras de nuestra ciudad marinera, nos seguimos viendo. Gracias por leerme. Nota: La foto pertenece a la plaza Bolívar en construcción

jueves, 14 de julio de 2022

ANTONIO JOSE DE SUCRE. PICHINCHA 200 AÑOS (El discurso de orden que no me dejaron leer. Consejo Municipal. Municipio Bermúdez, Carúpano. Mayo 2022)

Antonio José de Sucre se encuentra en el corazón y en la memoria de los pueblos que fueron testigos de su noble gesta, como el nuestro. Son del conocimiento público sus victorias en Pichincha (mayo 1822), Junín (agosto 1824) y Ayacucho (diciembre 1824). La parte más triste de su vida la sintetizamos en el momento de su asesinato en las selvas de Berruecos (cerca de Pasto) el 4 de junio de 1830, aunque muchos no sabrían localizar geográficamente el sitio dónde el Gran Mariscal derramó su última gota de sangre.

     Sucre, el héroe no necesita loas y alabanzas como era la costumbre en los antiguos discursos pero si debemos recordarlo como un inmenso hombre.  

     Para la época en que nació el 3 de febrero de 1795 en Cumana, las primeras letras y la iniciación de su educación, valores y principios los alcanzaban los jóvenes en los lugares de su nacimiento, para después marcharse a Caracas. Antonio José viaja a la capital siendo casi un niño (13 años) a comienzos del año de 1808, llamado por su ilustre tío el acaudalado Canónigo (asesor jurídico del cabildo catedral) Don José Domingo de Alcalá, quien costeo su educación y lo inscribió en la Escuela de matemáticas que dirigía el Coronel de Ingenieros Don Tomás Mires, de quien recibió clases de aritmética, álgebra, topografía, geometría, nociones de construcciones civiles y de táctica.

     Para conocer mejor al Gran Mariscal de Ayacucho repasemos cronológicamente algunos hechos importantes de su agitada y corta vida.

     Cronología:

  • 1795 Nació en Cumaná.
  • 1812 Alférez (aprendiz) de ingenieros al lado de Francisco de Miranda
  • 1813 y 1814 Participó en campañas militares con el General Santiago Mariño
  • 1817 El Libertador Simón Bolívar le confirió el grado de Coronel
  • 1819 Recibió el grado militar de General de Brigada. El Libertador nombró al general Sucre como jefe del Estado Mayor
  • 1820 fue Ministro Interino de Guerra
  • 1821 Fue nombrado jefe del Ejército del Sur de Colombia
  • 1822 Dirigió y triunfó en la batalla de Pichincha, al occidente de Quito.
  • 1824 Dirigió el ejército libertador en la Batalla de Ayacucho
  • 1825 Se proclamó en el Alto Perú la República de Bolivia, y el Mariscal Sucre fue designado como su primer presidente
  • 1828 Un motín en Chucluisac lo llevó a renunciar a la presidencia de Bolivia
  • 1829 Con el ejército colombiano, el Mariscal Sucre venció a las tropas peruanas en la batalla de Tarqui
  • 1830 Fue elegido presidente del Congreso Admirable
  • 1830 Fue asesinado el 4 de junio en Berruecos cerca de Pasto (Ecuador)
  • 1900 Sus restos fueron llevados a la Catedral de Quito capital del Ecuador

 

     A sus treinta y cinco (35) años había alcanzado y culminado Sucre todas las responsabilidades asignadas, obteniendo todos los honores y desempeñado todas las máximas responsabilidades que puedan tener nuestras naciones. Sus logros militares son muchos y ampliamente conocidos pero circunstancialmente se vio obligado a practicar la diplomacia, es así como a los veinticinco años fue Comisionado para concertar el Armisticio y el Tratado de Regularización de la Guerra en 1820. Como ministro plenipotenciario extraordinario ante Quito en 1821, lleva facultades totales diplomáticas y de fuerza de Colombia al Perú, y se le expide credencial amplia para tratar con los gobiernos de Chile y Buenos Aires (Argentina).

      En el arte bélico revela un virtuosismo impar, pero también es descollante en su perfecto desempeño diplomático, desde el Tratado de Trujillo (1820) al de la Capitulación en Tarqui (1829), vale decir, como diría Bolívar del más bello monumento a la piedad aplicada a la guerra. En la rama judicial no fue juez ni perteneció a ningún tribunal, pero le cabe el mérito de haber creado e instalado la Corte Suprema de Justicia en Cuenca 1822 y la Corte Superior de Justicia Boliviana de 1826.

     Por último, para redondear su eximia personalidad, en la esfera máxima de la cultura se ocupa de la universidad de Bolivia en 1825, a pesar de sus abundantes ocupaciones jamás olvido a su familia, el perdón para sus adversarios y el tratamiento respetuoso para los vencidos también fueron valores que destacaron en el. Nada quedó fuera.

     Los enormes esfuerzos, los agotadores desvelos por causa de la ausencia de colaboración y colaboradores debilitaron su salud pero no su espíritu; el día 12 de diciembre de 1825 le escribió al General Carlos Soublette, a quien consideraba su hermano:  “a decirte verdad, valgo tanto como una vieja maraca” (Salcedo,1995, p XXVIII). Y podemos además agregar:

“Los quebrantos, la dolencia “del pecho”, de la ingle, la “quebradura” decía Sucre, las secuelas penosas de “tanta andadera a caballo”  su dolor de la herida abierta y del brazo derecho inválido, con su mano sin fuerza y los dedos tiesos, por el atentado de Chuquisaca, lo convertían en un hombre con cuerpo extenuado” (Salcedo, 1995, p XVII).

     La batalla de Pichincha ocurrida a las faldas del volcán del mismo nombre en Ecuador el 24 de mayo de 1822 fue su primera prueba práctica de efectivo americanismo. Bajó su ilustre mando tropas oriundas de distintas regiones, en una acción coordinada pulcramente y con excelente precisión creada por él, obra de soberbia y tenacidad, donde nada queda al azar, termina con brillo la edificación de la Gran Colombia. Dos años más tarde fue Ayacucho. A Sucre le toco comandar hermanados contra el gobierno imperial español valientes combatientes de la América toda.

     El historiador carupanero José Luis Salcedo Bastardo (1926-2005) se ocupo de recopilar en su obra titulada “De mi propia mano” una selección de 225 textos de casi 7000 analizadas (Fondo de Cultura Económica, 1995 - 479 páginas) Por medio de las cuales podemos demostrar que el héroe de Pichincha fue un ser humano leal, generoso, compasivo, fraterno, agradecido y con suficiente autoridad cuando fue necesario, veamos:

Deseando transigir las discordias, armisticio

 

     De este documento histórico les leeré solo el encabezado y el artículo número uno, de hacerlo completo resultaría muy extenso:

Armisticio concluido entre el libertador Presidente de Colombia  (Simón Bolívar) y el General en Jefe del ejército español (Pablo Morillo).

“Deseando los Gobiernos de España y de Colombia transigir las discordias que existen entre ambos pueblos; y considerando que el primero y más importante paso para llegar a tan feliz término es suspender recíprocamente las armas, para poderse entender y explicar, han convenido nombrar comisionados que estipulen y fijen un armisticio, y en efecto han nombrado S.e. el general en jefe del ejército expedicionario de costa firme, don Pablo Morillo, conde de Cartagena, de parte del gobierno español, a los…   y S.e. el presidente de Colombia, Simón Bolívar, como jefe de la República, de parte de ella, a los señores general de Brigada Antonio José de Sucre (el héroe de Pichincha), Coronel Pedro Briceño Méndez, y Teniente-coronel José Gabriel Pérez, han convenido y convienen en el tratado de armisticio, bajo los pactos que constan en los artículos siguientes:

Artículo 1º Tanto el ejército español como el de Colombia suspenden sus hostilidades de todas clases, desde el momento que se comunique la ratificación del presente tratado, sin que pueda continuarse la guerra, ni ejecutarse ningún acto hostil entre las dos partes en toda la extensión del territorio que posean durante este armisticio. (P 31)

Continuamos:

Conforme a las leyes de las naciones cultas

     Aquí se pone de manifiesto el lado humano de Sucre, aún en las más sangrientas conflagraciones deben existir reglas para reducir los horrores de la guerra a muerte, del trato que se le debe dar a los vencidos y a los prisioneros y el respeto que se merecen los pueblos ocupados, así como sepultar a los soldados fallecidos. De todo esto se ocupo el héroe de Pichincha libertador de Ecuador y de parte gigantesca de sur América, con este tratado se “deroga” el decreto de la guerra muerte, veamos:

“Tratado de Regularización de la Guerra

Deseando los gobiernos de España y de Colombia manifestar al mundo el horror con que ven la guerra de exterminio que ha devastado hasta ahora estos territorios, convirtiéndolos en un teatro de sangre; y deseando aprovechar el primer momento de calma que se presenta para regularizar la guerra que existe entre ambos gobiernos, conforme a las leyes de las naciones cultas y a los principios más liberales y  filantrópicos, han convenido en nombrar comisionados que estipulen y fijen un tratado de regularización de la guerra y en efecto, han nombrado, el Excmo. Señor general en jefe del ejército expedicionario de costa firme, don Pablo Morillo, conde de Cartagena, de parte del gobierno español…   y el Excmo. Señor Presidente de la República de Colombia, Simón Bolívar, como jefe de la República, de parte de ella, a los señores General de Brigada Antonio José de Sucre, Coronel Pedro Briceño Méndez, y Teniente Coronel José Gabriel Pérez, los cuales autorizados competentemente, han convenido y convienen en los siguientes artículos:

Artículo 1º La guerra entre España y Colombia se hará como la hacen los pueblos civilizados, siempre que no se opongan las prácticas de ellos a alguno de los artículos del presente tratado, que debe ser la primera y más inviolable regla de ambos gobierno”(P. 37)

 

Yo imploro por la vida de este infortunado

     El hombre piadoso y clemente esta también reflejado en el Abel del General Bolívar como lo muestra esta carta: 

“Oficio al gobernador de Guayaquil. Excmo. Señor: he sido informado que un español de apellido Sarabia encausado después de tres meses ha sido condenado a la pena capital, y que se ejecutará en este día. Este día, señor, en que nosotros celebramos el suceso más feliz para Colombia; hoy en que Guayaquil dirige sus preces  (Las preces son cantos propios de la Misa hispánica, que solo se recitaban con  carácter de penitencia) al Dios de los ejércitos por la libertad de Caracas; no debe afligirse a la humanidad más derramamiento de la sangre de un hombre... (P. 56)

    No por ser Sucre un hombre indulgente podemos pensar que no tenía carácter cuando hacía falta, esta epístola (carta) lo demuestra:

 

El que robase más de un peso, será castigado con la muerte.

 

“Bando 7º Antonio José de Sucre, General de Brigada, comandante General de la División del Sur.

Habiendo tenido algunas quejas de que la tropa toma violentamente en el mercado artículos de comida, y que suele ir a las casas fuera de la ciudad y exigir de los ciudadanos y de las mujeres otras cosas que no paga: siendo esta conducta no sólo deshonrosa a la división, sino que ella, ahuyentando a los vendedores, hace escasear las subsistencias, así para la tropa como para el pueblo, he dispuesto lo siguiente:

1º Todo individuo de la tropa que fuese aprehendido… fuera de la ciudad, sin el correspondiente permiso, será juzgado como desertor. 2º El soldado que tomase a cualquier ciudadano el valor de un real sufrirá la pena de doscientos palos, y el que robase el valor de más de un peso, será castigado con la de muerte”( P. 77)

 

Yo estoy desde la edad  de trece años en un cuartel

 

     En esta misiva A. J. de Sucre hace uso de su magnificencia demostrando que a pesar del tiempo, la distancia y la gloria alcanzada no abandona a los suyos, permítanme leerles:

“Quito, 6 de julio de 1822

Señor general Francisco de Paula Santander.

Mi querido General y amigo: en el correo pasado escribí a Ud., aunque de prisa, y ahora tengo que hacer lo mismo aunque pensé ser largo; pero después que aquí no tengo tiempo para cosa alguna particular, el trabajo se me ha recargado desde tres días con el despacho de la división del Perú para su casa, con la atención de cubrir sus inmensos gastos de que debíamos una porción…  El departamento va poco a poco arreglándose, aunque está en bastante miseria y en un desorden sus rentas. Van mil consultas en esta ocasión y deseara que las contestaciones volasen. Todo el país está en quietud y todo muy amante a Colombia; pero hablando a Ud. con verdad, yo querría que otro viniere a conservar esta decisión que yo he podido formarle a costa de tanto trabajo y de tanta incomodidad” (P.96-97)

 

     Aquí pone de manifiesto su sinceridad y modestia o quizás por sentirse cansado, escribe en esta misma carta:

 

“Temo, mi amigo, que mi falta de luces para gobernar pueblos me haga cometer errores. Ud. sabe que yo estoy desde la edad de trece años en un cuartel, y que nada sé de las materias que a cada paso van a presentárseme. Mucho, mucho se lo dije al Libertador, pero él insistió en que yo mandase un país que manifestaba alguna deferencia por mí. Haré lo que Uds. Quieran” (P.97)

 

     Ahora en la parte final ruega por uno de sus tíos, veamos:

 

Vamos a un asunto particular. Yo tengo un tío en Caracas, hombre de muy buen talento, de una probidad ejemplar, de mucho juicio y de conocimientos en el ramo de hacienda en que se ha criado. Ha sido desgraciado en su carrera y parece que ni aún ahora quiere la fortuna verlo. Tiene doce hijos, y él con su familia perece. Soublette le ha ofrecido la administración de tabacos de Cumaná; pero como aquella provincia le sea muy funesta a su salud, él pretende la contaduría de Caracas o la administración de tabacos de Caracas, como verá Ud. por la adjunta carta. La confianza que Ud. me ha dispensado y mi distinción a este tío que es el que más he amado porque es el que casi me ha educado, hacen que yo tome la libertad de recomendarlo” (P.97)

 

Aumentar los escasos fondos de la universidad

 

     La última cita está relacionada con la educación como les había comentado más arriba:

 

“República De Colombia. Departamento de Quito, 6 de septiembre de 1822

Señor secretario de Estado y del Despacho de Hacienda, Doctor José María Castillo.

Señor Secretario:

Una vez que el Gobierno… se aplique a aumentar los escasos fondos de la universidad, sería de desear que el Gobierno si lo creyere justo, destinase a este objeto importante, las dos partes de los bienes de los religiosos que mueren, y que con el nombre de espolios pertenecían antes a los vicarios generales de la orden residentes en España y extinguidos por la constitución española. En comunicaciones anteriores he consultado sobre la aplicación de estos fondos que adjudicados a la universidad podrían ser útiles ya para mejorar la corta renta de sus cátedras, y promover de este modo la instrucción pública muy atrasada aquí, o ya para dotar con su producto una o dos becas, según alcance, en las que puedan acomodarse los niños pobres que se dediquen a la carrera de los estudios.

Dios guarde a V.S. muchos años.

Señor Secretario. Antonio José de Sucre” (P.101)

 

     Demostradas fehacientemente las virtudes del héroe de Pichincha, nuestro cumanés, Antonio José de Sucre y Alcalá, podemos continuar.  Tristemente vio Bolívar la muerte de Sucre como la de un hijo.

     Ahora permítanme contarles brevemente mis recuerdos con el actor de estas líneas. Siendo yo niño, cuando estudiaba en el Grupo Escolar República de Haití, me consideraban mis educadores un  dibujante bastante regular, mi maestra de entonces, Carmen Sánchez, me pidió que bosquejara un retrato relacionado con la muerte del Mariscal Sucre para fijarlo en una cartelera porque se celebraría la semana dedicada a su figura y a nuestra sección le correspondía esa responsabilidad relacionada con el héroe. Mi siempre amada maestra me mostro una fotografía de un libro, me dio papel y lápices de color y me dijo “dibuja esto, guíate por este” se trataba de: “Muerte de Sucre en Berruecos”, de Arturo Michelena (1895). En el oleo el  soldado predilecto de Bolívar asesinado en una emboscada yacía en el suelo mientras su hermoso corcel corría en estampida por la selva, transcurría el día 4 de junio de 1830. El militar y político cumanés había nacido  el 3 de febrero de 1795 apenas 35 incesantes años duro su vida. Con el transcurrir de los años que ya son bastantes me fui creando una imagen de Sucre distinta, ya no la de un hombre caído en el suelo de América ahora es para todos nosotros de la mano de Bolívar, el hombre que nos acompaña y enseña con sus valores y su moral. No puedo terminar estas líneas sin decirles que fue Sucre un visitante inesperado de nuestra ciudad seis años antes de pasar a la inmortalidad.

Con este texto culmina mi discurso de orden en honor al Gran Mariscal:

 

El día 20-12-1816.- se dio la “La Batalla en Río Caribe”. Contada por el mismo Antonio José de Sucre:

“En esta fecha el General José Francisco Bermúdez y el Coronel Antonio José de Sucre, Jefe del Estado Mayor,  intentan tomar Rio Caribe en 1816.

 

El mismo Sucre lo narra en sus Memorias, dice que salieron de Güiria con 125 hombres en siete flecheras al mando del capitán de navío Antonio Díaz con dirección a Carúpano, resueltos a tomarlo por asalto,  pero habiendo intentado hacer el desembarcó en la boca del río de Tío Pedro,  fue rechazado por la fuerte resistencia de partidas bien pertrechadas y emboscadas, que allí había, con pérdida de los patriotas, de dos soldados de Dragones muertos y cuatro heridos a bordo de la flechera “Comandanta”.

En consecuencia, Bermúdez  se dirigió con toda la escuadrilla al puerto principal de la ciudad de Carúpano, y ancló fuera  del alcance de los tiros de artillería de la plaza, donde permaneció fondeado hasta llegar la noche, que determinó salir y salió en efecto con tres flecheras y 75 hombres de desembarco hacia Río Caribe, dejando el resto de los buques cerca del  puerto de Carúpano, hasta otra disposición.

A las siete de la mañana, ya a la vista de Río Caribe, hizo desembarcar 25 hombres al mando del Capitán Gabriel Guerra, para que cargase por la derecha sobre La Casa Fuerte, que había en el puerto, mientras que él, con el resto de la tropa y su Estado Mayor, desembarcaba también y atacaba de frente a la Casa Fuerte.

Practicose con el mayor éxito la operación, pues los enemigos al cuarto de hora de combate se pusieron en retirada por la población que estaba muy inmediata, tomando en seguida posiciones en una casa de alto en la plaza donde se  hicieron firmes y resistieron los fuegos que los patriotas hacían casi a quema ropa.

En este estado y como a las dos de la tarde, el capitán Añez, margariteño al servicio de los españoles, que se encontraba apostado  con una columna de más de 200 hombres en Puerto Santo, punto inmediato,  llegó en auxilio de los suyos.

Aunque convencido Bermúdez y su Jefe de Estado Mayor Coronel Antonio José de Sucre, de que era imposible resistir a los realistas con la insignificante fuerza que tenían, determinaron esperarlos  en la playa, para hacer allí una tentativa apoyados en las flecheras;  y en realidad,  como a las tres de la tarde los enemigos seguros de la victoria, por la superioridad de su número, atacaron con intrepidez a los patriotas, quienes resistieron con heroísmo, luchado casi a las manos, por más de hora y media, hasta que se vieron obligados a tirarse al mar, única retirada que tenían, para tomar a nado las flecheras bajo un fuego nutridísimo de los realistas, pues estos hicieron la persecución  hasta donde les fue dable, dentro del agua. Los de la Plaza que ya están en cuenta de que se acercan los expedicionarios, tienen reforzado no solamente a Río Caribe, sino también a Puerto Santo y hasta la misma ensenada de Tío Pedro. De allí el que habiendo llegado Bermúdez a la Boca del Río, el comandante Ferino  rompiera los fuegos de manera tan nutrida, que se ve en la necesidad, no obstante su imponderable valor, de retirarse sin haber logrado siquiera poner los pies en tierra” (este texto es un resumen de uno más completo perteneciente al Cronista Oficial de la ciudad de Cumana, ver referencias bibliográficas)

      Qué bueno fue saber que el héroe transitó por estos lares en donde años después se erigirían las dos plazas de Sucre, primero la de un sencillo busto en mármol blanco y la de hoy un enorme hombre en bronce.

 

Referencias bibliográficas

José Luis salcedo Bastardo http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20191121035034/De_mi_propia_mano.pdf

http://cronistadecumana.blogspot.com/2016/10/diciembre-memoria-historica-de-cumana.html

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