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sábado, 17 de julio de 2021

El huracán que destruyo Carúpano y Margarita (año 1933)

 


Cuando en Paria amanece nublado, con truenos y relámpagos, nos vienen a la memoria los cuentos de los abuelos referidos a los huracanes. Contaban los “viejos” que en el año 1933 un día martes 28 de junio, ocurrió una verdadera calamidad que generó grandes pérdidas económicas y de vidas, en toda la península y en la Isla de Margarita.

     En Europa otro huracán se preparaba para arrasar todo ese continente por varios años, Adolfo Hitler lograba ser nombrado canciller de Alemania por el presidente Paul von Hindenburg. Pero esa es otra historia triste.

    Las fuentes informativas consultadas, fundamentalmente periódicos de la época,  coinciden en señalar que el vendaval tomo una “ruta” casi inusual para ellos, siempre pasan más al norte o más abajo, por el Orinoco. Pero este atravesó desde el sur de Trinidad, arrasando la población de Cedros, destruyendo unos 30 pozos petroleros y derribando postes de luz, telégrafos y teléfonos además de una cárcel de donde huyeron algunos presos. Entro a tierra firme por Pedernales y supero las montañas Parianas en dos terribles horas, continuó rumbo a Margarita (Pampatar, La Asunción) y luego por el Caribe (La Blanquilla) devastado todo a su paso. El desastroso itinerario de este huracán sin nombre siguió más o menos así; el 1 de julio pasa al sur de Jamaica, el 3 de julio al oeste de Cuba, entre el 5 y el 8 de julio penetra en el golfo de México tocando territorio continental y disipándose después de arrasar con cualquiera obstáculo en su camino.

     En Paria, Margarita y en todo Oriente se usaba como fecha de referencia el “vendaval del 33”. Por ejemplo: “paito y maita” se casaron siete años posteriormente a lo del ciclón, “cuando el vendaval paso ya tu abuelo se había muerto”. Después de aquel hecho vendría como es de imaginar, una epidemia de paludismo seguida de una hambruna que la gente bautizo “la maestra”.

     Por una parte resultaron fuertemente afectados; Carúpano, Puerto Santo, Rio Caribe, Yaguaraparo, por otro lado Tunapuy, El Pilar, Casanay, Nueva Colombia y toda Paria. Cariaco y sus  caseríos quedaron sumergidos por el agua desbordada del rio Carinicuao. Procedente de Pedernales (seguro la etnia warao tendrá entre en su historia algo de este suceso) y Guanoco, salió rumbo a Margarita. Un huracán es según la mitología Kuai-mare un espíritu que anda con la cara tapada para no provocar vientos, huracanes o terremotos, pero que una vez al año se la levanta y aviva estas catástrofes. Los indios Caribes llamaban a la tormenta, el padre de los vientos.

 

    Hoy podemos por medios digitales y tecnológicos ubicar páginas especializadas y hacerle seguimiento desde; satélites, radares y aviones y previendo con cierta antelación su posible recorrido.

      Ud. puede acceder a la https://www.star.nesdis.noaa.gov y buscar un evento de esta naturaleza en cualquier lugar del mundo. Pero esto no nos pone a salvo de su trayectoria. En aquellos años por medio de telegramas enviados desde algún navío bien equipado, podían, realizando lecturas de la presión barométrica y avisar a algún puerto o buque cercano y entonces presuponer la presencia de un huracán, era de todo lo se disponía.

     Seguro que en su violento transitar por el delta del Orinoco volaron dantas, chigüires, báquiros, perezas, y terminaron nadando gavilanes, guacamayas, pericos, loros. Se escondieron los manatíes, toninas, los monos capuchinos y araguatos, mapanare, babos, iguanas y hay quienes afirman que en ese viaje vinieron de otras latitudes (Surinam y Guayana francesa), la Hylesia Metabus (palometa peluda).

Relata Rommel Contreras, investigador y docente de la UDO Cumana, en su trabajo titulado: El Huracán de 1933, La gran tormenta o vendaval (2013):

 “Papá en Río Caribe, en compañía de su abuela materna (mamá Rita), acostados en el catre, soportaron toda la noche el ruido de las gotas de lluvia que caían como cascajos en el techo, y anegaron la casa. La anciana (hija de isleños), había escuchado de su padre historias de huracanes, por lo que en sus oraciones (que después fueron poemas) pidió con fe la salvación del pueblo y de sus campos. La familia en Río Salao estuvo preocupada porque suponían que a los de Río Caribe se les iba a caer la casa encima”(P. 2)

 Antes del huracán del 33 se tiene información de otros antecesores, el San Calixto que arraso con las Antillas menores en octubre de 1780 y también algunos de gran fuerza y embate en los años 1877 y 1892. En el siglo XX para 1933, 1974, 1988 y 1993.

     Cuando la tormenta Alma en 1974 vivíamos en Tío Pedro y recuerdo que en el puerto estaba un navío militar, un trasporte de tropas, que debieron resguardar adentrándolo un poco en la bahía de Hernán Vásquez, fueron dos días de vientos y lluvias y el 14 de agosto, un avión de Aeropostal se estrelló contra el cerro El Piache, en Margarita. Fue la primera tormenta de la que se tenga información que afectara a Trinidad y Venezuela.

 

     La hora en que se produjo el paso del vendaval, en el día contribuyo a que la cantidad de afectados fuera menor de haber ocurrido en la noche el número de víctimas habría sido mayor, aunque les toco pasar varias noches a oscuras y trabajando para reparar lo que era suyo y lo que no también.

     No logre ubicar el nombre de embarcaciones afectadas aquí en Carúpano, pero si se sabe que el puerto quedo muy afectado, en Margarita  se hundieron la goleta “Ana Teresa”, el bote “San Juan Bautista”, la balandra “Magnolia” sufrió serias averías, este fuerte huracán produjo el célebre naufragio también de la balandra “Palmira”, hundida en Pampatar que ocasiono numerosos muertos y pérdidas materiales. Es mes junio del 33 fue de abundantes lluvias en toda la región oriental algunos datos señalan que en ese año se registraron más de 20 huracanes en el mar Caribe.

    Decir que el huracán afecto el desarrollo regional es obvio, a esto se sumaron los problemas económicos mundiales (crack de 1929) haciendo bajar los precios del cacao y el café, además de la falta de afecto que sentía por esta tierra el general Juan Vicente Gómez por haber sido derrotado y herido, la única vez en su vida, en nuestra ciudad el 5 de mayo de 1902.parte importante de la información aquí plasmada se logro obtener por historias de vida repetidas por nuestros abuelos.

     Investigar intentando conseguir algo nuevo que aportar a hechos históricos desde Internet parece fácil, pero no, no lo es, son horas y horas, interrumpidas por las tareas habituales. Eso sí, escribe uno estas líneas con mucho gusto, saludos. 

 

 

Notas orientadoras

ORTIZ, Fernando. El Huracán. Su mitología y sus símbolos. 1ª. Reimpreso. México: F.C.E, 1984.

SOSA HURTADO, Marina; DEL SOL HERNÁNDEZ, Acacia. Variación del estado del mar al paso de las ondas tropicales por el mar Caribe. Revista de Climatología. Cuba: Instituto de Meteorología (CITMA), vol. 2, 2002.

NATIONAL OCEANIC AND ATMOSFERIC ADMINISTRATION. National Weather Service, Tropical Prediction Center, National Hurricane Center. NH/TPC Archive of Past Hurricane Seasons. [En línea]. <http://www.nhc.noaa.gov/pastall.shtml>. [28 de julio de 2021].

CONTRERAS, Rommel. EL HURACÁN DE 1933 / La Gran Tormenta o El Vendaval. 2013 rommeljose@gmail.com

GOMEZ, A.F. “El Huracán de 1933”, Editorial Trillas, Venezuela Fundación Neospartana. 1983

 

 

 

 

 

 


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